La Novena de la Aerosilla

Una historia en nueve capítulos. O en nueve partes...

O, como diría nuestro Marco Polo:

" lo que ustedes tengan ganas..."

CAPÍTULO CUARTO

Abuso de Poder, Transgresión y Violencia Institucional, Violación de los Deberes de Funcionario Público...

Y Pedidos de Nulidad...

Si, por cada irregularidad en el accionar de cada furcionario de turno hubiera que hacer una denuncia, sería necesario contar con una línea directa al Tribunal de Cuentas y/o a la Fiscalía de Estado, cuando no, a los Tribunales.
Esto, que podría parecer una exageración, no lo es tanto, cuando se empieza a tomar debida cuenta de la cantidad de errores administrativos, además de las faltas e irregularidades de diversa índole, en la que diariamente incurren los "mandamases", es decir: individuos designados en puestos considerados "clave", en el ámbito de la Administración Pública, los cuales ostentan un marcado desconocimiento de las normas básicas-elementales, con las que esta se rige.
 
Por supuesto que, a ese grave desconocimiento o aquella ignorancia supina, hay que agregarle necesariamente, la estrechez mental, la necedad y la absoluta falta de criterio que tiene en común la casi totalidad de los designados a dedo y que en buena medida representan la primera razón del pésimo funcionamiento de las distintas áreas que tienen la desgracia de tenerlos a cargo.
 
Si, a todas las "virtudes" enumeradas con antelación, que hacen a la personalidad del individuo elegido (y que al parecer son requisitos para poder acceder al cargo), se le agrega una marcada tendencia a anteponer sus propios intereses personales, a lo que debería ser el desempeño de su función, el cuadro termina de completarse y el resultado no puede ser otro que el que ya todos conocemos. 
Lo que sigue, lo dijo alguien con motivo de la "renuncia" de uno de los muchos furcionarios prescindibles de esta "gestión".
Si bien la cita no nos pertenece, lo traemos a colación con el objeto de demostrar que no somos los únicos seres que vemos las cosas de esta manera.

"Cuando el único mérito para ocupar una "jefatura", es ser un supuesto partidario del "gobierno" de turno y cuando la idoneidad, la capacidad y sobre todo, EL CRITERIO, no sólo no son requisitos, sino que ni siquiera se tienen en cuenta, tarde o temprano se llega a este tipo de desenlace.
Lástima que la decisión de apartarlo del cargo, llega "casi" demasiado tarde.
Sin embargo y a pesar de la evidente demora en quitarle el respaldo político, es un ejemplo de lo que se debería hacer con varios furcionarios que no se diferencian para nada de este personaje...
Felicitamos al Señor Gobernador (en funciones) y lo animamos a continuar haciendp limpieza y quitándole, poco a poco, el lastre que este tipo de individuos representa para esta, de por sí, "paupérrima gestión de gobierno"

Las preguntas que a partir de allí, surgen casi inevitablemente, son entre otras, las siguientes: 
¿Por qué razón ésto es así? ¿Será así por siempre? ¿No existe una manera mejor de hacer las cosas?
¿No hay alguna Ley o algún Poder Superior, que sancione o castigue la pertináz obsecación por caer en las mismas faltas y la enfermiza perseverancia en cometer los mismos errores, una y otra vez?
 

Nos vendrían bien algunas respuestas...

 

Hasta el Tercero...

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