Cuentas de Tribunal y Estado de Fiscalía
10.06.2014 18:55
"Cada día, es día de aprender", "El que ríe último...", "Árbol que crece torcido..." o, "El pez por la boca muere".
Muchas veces, hemos escuchado a nuestros mayores citar frases por el estilo y no siempre les hemos otorgado la importancia que merecen (ni a las frases, ni a ellos).
Pero en esto de ir aprendiendo, a veces a los golpes, con los avatares del destino y en el devenir de la existencia, algunos vamos enriqueciendo nuestro bagaje de sabiduría, mientras que otros, literalmente, se enriquecen merced a la ignorancia de todos los demás.
En esta, nuestra búsqueda de herramientas legales y (ojalá) eficaces, pero siempre propias de sociedades civilizadas, que nos permitan detener el avance de los inescrupulosos, partícipes necesarios en este doloso maremagnum artificialmente provocado, para asegurarse el propio futuro a costa de alguno (o todos) los bienes del Estado...

Porque, a decir verdad, no hay manera de saber si las ambiciones personales de aquellos que hoy se erigen por encima de la comunidad, subidos a los pedestales de sus cargos y puestos de privilegio, gracias a la insensatez o conveniencia del mandatario de turno, se agotarán en esta intentona de quedarse para sí y sus secuaces con la Aerosilla del Glaciar Martial, o es que acaso la lista sigue y van "por todo", como alguna vez, a mediados del primer (y ya nefasto) período de desgobierno, se nos advirtió... y que, como buenos niños que en el fondo somos, no hicimos sino caso omiso, ante tales advertencias.
Si bien, tanto la experiencia como la prudencia, indican que no es sensato depositar "todos los huevos en una sola canasta", entre los mortales comunes y corrientes, no suelen abundar las canastas y los huevos no son tantos como suele parecer a simple vista. Es más, a veces son tan sólo un par de huevos y no es posible separarlos, sin tener que lamentarlo entonces y también luego.
Las "denuncias" que hemos ido dando a conocer aquí fueron, en primer lugar, presentadas ante la Fiscalía de Estado porque, en el imaginario colectivo existe una arraigada creencia de que es éste justamente el órgano de control idóneo, en lo que hace a la defensa de los bienes del Estado.
Esta creencia esta ampliamente justificada a partir de que, siempre en teoría, no habría ningún motivo para pensar que tal órgano de control, no pueda cumplir acabada y rigurosamente su cometido, salvo claro, por un pequeño detalle: en la práctica, como todo Organismo o Institución, este se encuentra integrado por individuos que, antes que infalibles funcionarios, son personas de carne y hueso con todos sus defectos y... defectos.
Por esta misma razón, las "denuncias" también fueron presentadas ante el Tribunal de Cuentas de la Provincia, con el objeto de que, por estar en conocimiento y en responsabilidad de más funcionarios o más personas (lo que ustedes tengan ganas), lo que es necesario someter a análisis y eventualmente determinar, no se terminara diluyendo, o al decir de los más viejos y más malpensados: "muriera olvidado en un cajón".
Todo esto, por el hecho de (muy a nuestro pesar), coincidir con la propia opinión de uno de los denunciados en este caso que, hace poco expresara ante "los medios":
“A partir de ahí se iniciará todo un proceso, que será más largo o más corto, según las trabas que estén en el medio. Por ahí lo que se logra, en vez de una acción beneficiosa para la comunidad, es todo lo contrario. Cuantas más manos hay, más trabas hay, más estudios hay que hacer. Y todos sabemos lo que tardan las cosas cuando pasan por determinados órganos del estado...”.
No hay ninguna duda que sería preferible para todos que, como resultado de haber tomado las acciones que a cada uno nos toca, cada asunto quedara plenamente esclarecido y que los culpables tengan su castigo y los buenos vivan felices para siempre...
Pero aún cuando esto, como en la mayoría de los casos, no ocurriera así, al menos quedarán como evidencia para mostrar a las futuras generaciones, los "Sellos de Recibido" de cada uno de los Órganos a los que se acudió en búsqueda de resolución y justicia y que, con su inacción estarían justificando las palabras del filósofo:.
