De Mandatos, Mandantes y... Furcionarios.

Hace algún tiempo, reflexionábamos de cara a la gente, acerca de algunos roles que ya, lamentablemente, nos hemos habituado a ver como se trastocan sin que, ni el derecho que como ciudadanos tenemos de intervenir o, ni siquiera nuestra propia conveniencia nos muevan a tomar partido, como si ya todo fuese algo que no nos incumbe, ni nos afecta en absoluto.

Hablábamos concretamente, del significado del término Mandatario que, mirándolo bien, en los tiempos que corren es un rol y un sitial de privilegio (una tentación) para cualquier mortal, sea humano o no, pues de ser el Mandatario, este se transforma, “como por arte de mafia”, en el Mandante...

Porque, entre nosotros… ¿Quién puede resistirse a la tentación de ser el Primer Servidor del Pueblo?

Sobre todo, si ello trae aparejado el honor (y la gloria), y prerrogativas de todo tipo, más una larga serie de privilegios, a cuál de todos más tentador, como puede ser incrementar (legalmente) la propia fortuna, o convertirse en ciudadano del mundo, independientemente de crisis económicas o crisis de cualquier otra índole, mientras, al parecer, a cambio sólo se le exige tener cierta habilidad para poner “cara de nada”, para esquivar el bulto y/o, a la hora de dar respuestas, saber culpar olímpicamente a otros.

Por otra parte, es de biennacidos el reconocer que “la culpa nunca es del chancho”. 

Y, en todo caso… ¿Cómo podemos culpar a alguien, por hacer  ”lo que se lleva” y que nosotros mismos, con nuestra apatía y nuestra indiferencia, permitimos y, hasta animamos, a hacer?

En el caso del Primer Mandatario y, por tratarse de alguien que ha sido elegido por la voluntad popular y democrática de la mayoría(¿?), no nos queda más remedio que aguantar hasta que se vaya y podamos elegir de nuevo.

Sin embargo no es, no puede -o al menos no debiera- ser igual en el caso de aquellos individuos (furcionarios) que el mandatario elegido, vaya uno a saber con qué criterio, (u obligado vaya uno a saber por qué "pase de factura), por sí mismo y en la soledad del poder, elige a su vez, para que le hagan más fácil la tarea (o la vida).

A menudo, cometer esos errores garrafales en la elección de sus "colaboradores", puede traerle aparejado resultados poco menos que desastrosos para su mandato, lo cual no tendría demasiada importancia...

Si no fuera porque el accionar irresponsable de esos individuos, erróneamente elegidos y aquellos a quienes eligen a su vez, termina trastocando la vida cotidiana y  también el futuro y hasta el destino postrero de aquella ingenua mayoría (nosotros) que, al parecer, nunca aprenderá a elegir bien a quién “sentar en el trono”.

 

"A LOS FUEGUINOS (de todo el país):

Estaremos dentro de poco ante una nueva oportunidad de "elegir" (algo) mejor. 

Pero, nuevamente nos acosan los (por ahora) "eternos" interrogantes:

¿Será que habremos aprendido algo desde la última vez?

¿Y estaremos, esta vez, un poco mejor preparados para no volver a equivocarnos tan fiero?

¿Será,  de verdad, tan dificil, hacerle una "gambeta" al error?

 

                                El tiempo lo dirá...

Ampliaremos...

loqueimporta.com